Una obra inigualable de este pintor caballa.
Un bodegón de impresionante realismo en el que destacan la reproducción fiel de los elementos del conjunto, una vasija vieja, una hogaza de pan de pueblo y una ramita, todo sobre un mármol de tonos grisáceos a modo soporte.
Nuevamente el pintor destaca por la conjugación de colores y tonos luminosos en la disposición de los elementos, creando una composición original y rica en detalles. La vasija de barro cocido y curtida por el paso del tiempo, el pan con la corteza llena de harina espolvoreada, la ramita con las hojas de tonos verdes, viva todavía, que resalta por de tras de la composición principal, y la losa de piedra por debajo del conjunto soportando el tiempo de los objetos jóvenes y viejos de la obra. Los elementos se coordinan para hacer de esta pintura una obra inigualable.
Un bodegón de impresionante realismo en el que destacan la reproducción fiel de los elementos del conjunto, una vasija vieja, una hogaza de pan de pueblo y una ramita, todo sobre un mármol de tonos grisáceos a modo soporte.
Nuevamente el pintor destaca por la conjugación de colores y tonos luminosos en la disposición de los elementos, creando una composición original y rica en detalles. La vasija de barro cocido y curtida por el paso del tiempo, el pan con la corteza llena de harina espolvoreada, la ramita con las hojas de tonos verdes, viva todavía, que resalta por de tras de la composición principal, y la losa de piedra por debajo del conjunto soportando el tiempo de los objetos jóvenes y viejos de la obra. Los elementos se coordinan para hacer de esta pintura una obra inigualable.
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